viernes, 24 de abril de 2009

Soneto

AHORA QUE LLORA EL SOL PORQUE TE HAS IDO,

mi soledad tropieza en el espejo,

y veo lo que soy: puro aparejo

del ser humano que, a tu lado, he sido.

Un negativo, solo, desvaído

de aquel que se nutria del reflejo

de tu amorosa luz. Un árbol viejo

de hormigas de nostalgia recorrido.

 

Me aseguran los bienintencionados,

que pronto volveré a ser como era

y que, sin duda, reharé mi vida.

Y así podría ser, si es que, acabados,

de su senda, los pasos, a tu vera,

no fuera ya mi senda concluida.

 

 

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